!Vive el Mágico Camino de tu Vida!

Viajes y Senderismo

No hay limites, solo es desearlo y hacerlo

Los tours del Camino de Santiago son una experiencia de vida inigualable, incluso es difícil definir esa experiencia pues cada peregrino la vive de forma personal, pero siempre hay un sentimiento de magia y de felicidad colectiva.

Los senderos cambian de un lugar a otro, donde encontraras escenarios espectaculares, pueblos mágicos, pobladores amables y divertidos y conocerás peregrinos de todo el mundo, al final cuando caminas tienes la oportunidad de disfrutar cada detalle de la naturaleza, de la arquitectura y tu interacción con otras personas será muy especial.

Perfil del Peregrino

Las etapas de senderismo tienen en promedio de 15 a 20 kilómetros cada una y varían en dificultad, sobretodo en algunas zonas con pendientes y a veces el clima juega un factor, como calor, lluvia o frío según la temporada.

No obstante lo anterior y por nuestra experiencia de muchos años, no existen limites de edad, sexo o limitaciones físicas o del entorno que impidan realizar la travesía, hemos visto terminar con éxito a cientos de personas, incluso sin experiencia en el senderismo.

No importa tampoco tu fe religiosa, si eres aventurero, deportista o lo que sea, la vivencia gira alrededor del amor por la vida y la fe en lo que tu creas.

No existen límites

Rutas del Camino

Todos los caminos llevan a la Catedral de Santiago de Compostela

Aunque existen aproximadamente 50 rutas dentro de España y mas de 100 desde otros países, las rutas mas importantes son El Camino Frances, El Camino del Norte y el Camino Portugués, no obstante hay otras legendarias rutas que inician en algún punto y se unen con otras. Al final, todas las rutas llevan como destino la Catedral de Santiago de Compostela, donde sentirás una de las mayores satisfacciones en tu vida y podrás disfrutar de esta hermosa ciudad.

Para poder recibir tu Compostela que certifica que lograste recorrer la ruta, al menos debes recorrer los últimos 100 kilómetros caminando o 200 km. en bicicleta.

 

Breve historia del Camino de Santiago

Alrededor del año 820 se produce el hallazgo de la tumba del Apóstol  Santiago el Mayor en el Reino de Asturias, e inmediatamente la creación del “locus Sancti Iacobi”, el lugar sagrado para venerar sus restos.

Un eremita del lugar de Solovio, de nombre Paio, localizó, en un bosque llamado Libredón, las ruinas  que serán identificadas como tumbas del apóstol Santiago y sus discípulos Teodoro y Atanasio.

Enseguida, el rey Alfonso II visita el lugar y manda edificar una modesta iglesia, que luego reconstruirá Alfonso III (año 899). Estamos hablando de la actual catedral y de la ciudad de Santiago.

Los soberanos astures Alfonso II y Alfonso III, junto con la Corte de Oviedo, son los primeros peregrinos conocidos del siglo IX. Alfonso III el Magno peregrinó en 872 y regresó con la reina Jimena dos años más tarde, en 874, donando al apóstol una cruz de oro y pedrería, emblema del Reino de Asturias.

La época de oro de las peregrinaciones (siglos XI-XIII), Francia, Italia, centro y este de Europa, Inglaterra, Alemania, incluso Islandia, y por supuesto toda la Hispania llegaban a pie, a caballo o en barco.

La acogida al peregrino constituye uno de los aspectos fundamentales de la experiencia del Camino desde la Edad Media. Un servicio permanente de ayuda sanitaria y espiritual

 En los años 80 del siglo XX. Una contribución decisiva fue la visita del Papa Juan Pablo II a Santiago en 1989, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. Medio millón de jóvenes llegaron a Santiago desde todo el mundo.

El fenómeno de las peregrinaciones pronto se convirtió en destacado eje espiritual y cultural de Europa, y Santiago en gran centro de peregrinación, junto a Roma y Jerusalén. El Camino ha sido una verdadera "autovía del conocimiento".

Apostol Santiago el Mayor

Después de la resurrección de Cristo, el Apóstol Jacobo, hoy conocido como Apóstol Santiago el Mayor recorrió la Península Ibérica llevando a cabo su obra de evangelización, luego frustrado regresa a Jerusalén, donde fue decapitado por el rey Herodes Agripa, quien temía que el Apóstol adquiriera demasiado poder. Sus discípulos, Atanasio y Teodoro, recogieron el cuerpo. Lo transportaron en secreto en una barca hacia  el norte de España, desembarcaron  en el puerto de Iria Flavia (lugar de la primera predicación del Apóstol) mientras pedían permiso para enterrar su cuerpo.

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